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Hijos Mayores de edad : ¿Obligacion de alimentarlos y convivir con ellos?

 



Autor: Juan José Reyes Gallur. Abogado

    Que los hijos son una bendición no cabe duda de ello, pero también hay muchos hijos a los que "les gusta la fruta” y que hacen muy difícil la vida a su padres.

    Estos hijos, mayores o muy mayores, que generan litigiosidad y ansiedad en los padres, suelen ser los que les solicitan la emancipación; los “ninis” (ni estudian ni trabajan),; o los ya muy maduros que a sus “55 años han vivido con y a costa de sus padres” (literal de una demanda que llegó a mi mesa) y sin desparpajo alguno reclaman alimentos a sus padres o se miegan a abandonar el nido.

     Todos sabemos que teniendo en cuenta la edad y las actuales condiciones del mercado laboral, se considera conveniente mantener la pensión de alimentos de los hijos mayores de edad hasta terminar la formación, más concretamente la académica que le permita acceder al mercado de trabajo, trabajo esporádico, mal pagado e intermitente.

    El problema es hasta cuándo. En aras de evitar mantener "sine die" a los hijos mayores de edad, parece beneficioso establecer una limitación temporal con respecto a la obligación de pago de los alimentos, porque de esta forma se crea en el acreedor una motivación para conseguir un estatus económico independiente, y ello para que se le pueda aplicar la referencia del artículo 142 Civil.

     Hay sentencias, que establecen un límite de edad para fijar la causa de extinción de la obligación de alimentos y articulan distintas edades (AP A Coruña, Sec.  1ª, Sentencia de 27 de mayo de 2003. Ponente: Ilmo. Sr. D. Ángel María Judel Prieto (29 años); Audiencia Provincial De La Rioja, Sección Única, AC 1998\4585, SENTENCIA de 1-4-1998, núm. 174/1998 (27 años) AUDIENCIA PROVINCIAL DE PALENCIA AC 1998\546, SENTENCIA de 24-3-1998, núm. 81/1998. (26 años); Ap. Madrid, Sec. 22, Sentencia de 3 de Julio de 2001.Ponente: Ilmo. Sr. D. Eduardo Hijas Fernández (25 años).

        En Aragón, la obligación legal de prestar alimentos a los hijos mayores se extingue al alcanzar éste la edad de 26 años. (Artículo 69 del Decreto Legislativo 1/2011, de 22 de Marzo, del Gobierno de Aragón, por el que se aprueba con el Título de «Código Del Derecho Foral De Aragón», El Texto Refundido de Las Leyes Civiles Aragonesas (Boa Del 29)).

        Pues bien, tal y como mantiene la Sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Aragón 11/2011 de 30 de noviembre, basándose en ese criterio legal, se acuerda que, a pesar del maravilloso expediente académico, el padre ya no está obligado a costear más estudios o carreras.

         Si nos trasladamos al lado opuesto, es decir, a los que ni estudian ni trabajan, tenemos la sentencia de la Audiencia Provincial de Málaga, sección sexta, de fecha 19 de julio de 2012, que nos dice, con acertado criterio que: "De la interpretación conjunta de los artículos 142 y 152.5 del Código Civil,  puede concluirse, que si un hijo, ya mayor de edad,  muestra desidia en su formación, es decir, en la dedicación a los estudios necesarios para acceder al mundo laboral,  no finalizando esos estudios en un plazo razonable por no mostrarse lo suficientemente aplicado cual es el caso que nos ocupa, sin duda, cesa la obligación de los padres en orden a los alimentos, ya que no puede imponerse a unos padres que sean víctimas de la mala conducta o inaplicación del hijo".

            Pues bien, el Juzgado de Primera Instancia número 5 de Málaga, en Sentencia de fecha 14 de marzo de 2014, ante la reclamación de alimentos a su padre, por parte de una hija de 17 años, emancipada notarialmente, acertadamente desestima la demanda alegando que:

            “En todo caso, queda patente que la actora se independiza y abandona el hogar familiar de manera voluntaria, ante la conflictiva relación con su padre, y dejando sus estudios también de una manera libre y voluntaria, conducta elegida en ejercicio del derecho a la libertad personal, pero no se puede ni debe olvidar, que muchas veces la libertad como valor social particular, exige el pago de un precio, como es el de la pérdida de ciertas comodidades, y lo que no se puede pretender es realizar un modelo de vida propio y con arreglo a unos principios de conducta, que atacan y contradicen a los de un entorno familiar y social, y seguir obteniendo las ventajas de acogimiento y económicas de dicho entorno, que se rechaza. ……..

             Del mismo modo, actualmente no consta ni que desarrolle actividad académica ni laboral alguna ni tan siquiera que haya intentado su búsqueda, ... Para que surja con todos sus efectos dicha deuda alimenticia han de darse determinadas circunstancias como son reveses de fortuna, siniestros imprevisibles, enfermedades graves, imposibilidad de trabajar..., datos o circunstancias, se vuelve a repetir, que no se dan en el presente caso, o por lo menos no se han constatado, por lo que no procede derecho alguno a percibir pensión alimenticia por parte de su progenitor, al no resultar justificada su condición de “necesitada”.

            En esta materia, como casi siempre en el derecho de familia, cada caso ha de obtener una respuesta personalizada, pero no estaría de más adecuar a la realidad social las normas al objeto de dar una mayor seguridad jurídica al justiciable.

            Pero como todo, en el derecho hay cabida para otras opciones, pues el propio Tribunal Supremo en Sentencia de 06/11/2019 estableció que cuando no se acredita la pasividad en la obtención de empleo o en la terminación de la formación académica, no cabe condicionar a los hijos con plazos fatales para conseguirlo, pues la tardanza de los hijos en abandonar el hogar, son múltiples y no siempre imputables a su pasividad.”

            Si hasta aquí estamos ante la reclamación de alimentos, no es menos cierto que en ocasiones, vienen esos padres, muy mayores, y preguntan "cómo echar de la casa al hijo mayor de edad “, el cual, en muchas ocasiones, les hace la vida imposible.

Pues bien, el Juzgado de Primera Instancia 19 de Zaragoza, en sentencia de fecha 26 de enero de 2024 ha condenado al hijo de 40 años a abandonar la casa de sus padres con los que convivía.

La cuestión no es sencilla, pues siempre ha sido su domicilio, pero el Juzgado determina que el hecho de ser hijo no exime de responsabilidades, especialmente cuando la convivencia se torna insostenible debido a malos tratos y amenazas por parte del demandado y que la relación de parentesco no determina un título para usar el inmueble, por lo que está en situación de precario. (texto completo en https://www.poderjudicial.es/cgpj/es/Poder-Judicial/Noticias-Judiciales/Una-jueza-de-Zaragoza-desahucia-a-un-hombre-de-la-casa-de-sus-padres--con-los-que-convivia--por-impago )

Esta es la realidad jurídica  que nos encontramos en el derecho de familia.

 

 

 


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